El lino es una planta anual que en los tres o cinco meses que transcurren entre su siembra y recolección alcanza entre 30 centímetros y 1’20 metros de altura. Se sus semillas se saca el aceite de linaza y de sus fibras se obtiene el verdadero “hilo” y el tejido de lino. La calidad de este tejido puede ser muy variada, desde telas finas tales como el damasco, a las toscas y gruesas utilizadas para mangueras contra incendios y a los resistentes bramantes con que se cosen los zapatos.
Cuando se cultiva el lino, para aprovechar sus fibras, se arrancan las plantas del suelo a mano o con máquinas y se sumergen los tallos en agua o se extienden por los campos para que se descompongan por la acción del rocío. Este proceso recibe el nombre de “enriado”. El lino se usa desde muy antiguo. Las momias egipcias estaban envueltas en telas de hilo hecho de lino, y las pinturas de las paredes de las tumbas muestran el cultivo y la preparación de las fibras de lino.
Además del lino común, del que se extraen las fibras del mismo nombre, existen muchas otras especies de plantas afines, algunas de las cuales se cultivan en jardines. Unas tienen flores azules como el lino común; aunque generalmente predominan las amarillas, rojas o blancas.
0 comentarios:
Publicar un comentario